Por: Raúl Herrera Soria
La propuesta del presidente Pedro Pablo Kuczynski de
construir una carretera que integre a Iquitos con el resto del Perú es sin
lugar a dudas, para los amazónicos de esta parte del país, el mejor anuncio de
su mensaje de ingreso a su gobierno.
Pero frente a esto, ya aparecieron las reacciones de quienes
están interesados en el negocio del medio ambiente. La puesta en ejecución y su realización no solamente mejorará las
condiciones sociales sino que también económicas de los pobladores y las poblaciones asentadas
en la zona de influencia por donde pase la proyectada carretera.
No está de más recordar que una vía de estas
características le dará otro sentido a la vida de los loretanos. Ampliará la
frontera vial, tan recortada para los loretanos que carecen de herramientas
como las carreteras que traen consigo mejoras en la economía y el interés de la
inversión privada, de la que no se debe tener pánico ni enojo porque con ella
se viene la generación de nuevas oportunidades.
Además habrá posibilidad de redescubrir espejos de
agua para el uso en cultivos acuícolas, de sembríos agrícolas o forestales y de
abrir la oportunidad del crecimiento social y económico de esas personas
profundamente empobrecidas en medio de bosques inertes e improductivos.
Los ambientalistas, apelan su oposición al proyecto
argumentando el impacto ecológico que una construcción de estas características
ocasiona en el ambiente. Moisés Panduro, constante analista de estos temas, ha
comentado en su cuenta del Facebook que “este proyecto debe constituirse en un
modelo peruano de "carretera verde". No solo es el trazo de la vía,
el proyecto debe tener un contenido integral, ser socialmente viable,
ambientalmente armónico con la naturaleza, técnicamente consistente a partir de
las lecciones aprendidas en todo el mundo”.
Los más pobres están en medio de esos bosques, a los
que no se dañará, que no tienen acceso a mejoras en su situación económica, que
viven en pobreza por falta de trabajo, educación, salud (hombres y mujeres de
toda edad con hemoglobina muy por debajo de los permisible, con anemia
crónica), con una desconexión con la modernidad y la tecnología. Para ellos se
le presenta la oportunidad.
Esas y otras razones conducen a la defensa del
proyecto carretero. Pero eso sí, para hacer una obra de estas cualidades se
necesita ser respetuoso del ambiente, del equilibrio de la naturaleza y ser
coherente con el desarrollo de las sociedades peruanas y una en particular que
es la sociedad de Loreto que necesita un desarrollo sostenible, que no es otra
cosa que el progreso con soporte de manejo equilibrado de la naturaleza y teniendo
al hombre que es el ser privilegiado sobre las plantas y los animales.
Por otra parte, la defensa de los pueblos originarios
es una acción necesaria, es un deber del Estado cuidar la vida y el bienestar
de ellos, pero al hacerlo debe esgrimirse conceptos mejor ubicados en el tiempo
y argumentos más honestos con la realidad y las propiedades en la que el
Estado, que somos todos nosotros, tiene parte determinante.
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