La revelación de audios
de contenido grave, en los últimos días no hace otra cosa que descubrir la punta
del hilo que podría conducir al ovillo y con ello poner al claro la existencia
de una marcada organización que articula la corrupción en las interioridades del
gobierno de PPK.
Carlos Moreno y sus
amigos planeando formas de enriquecerse aprovechando las carencias del Estado y
las necesidades de los usuarios de los servicios hospitalarios públicos, es
parte de un cuadro penoso, más aún cuando se trata de un gobierno que resulta
de un respaldo de “todas (las organizaciones políticas) menos una” que en la
pasada campaña electoral de la segunda vuelta presidencial, dieron su apoyo a
Kuczynski por su abierta posición al lado de la anticorrupción.
Esto lleva a reafirmar
lo que muchos temían encontrar en este gobierno de PPK: Más de lo mismo. Desde
antes, la corrupción extendida y escondida durante la campaña en la que a decir
de uno de los próximos a la cúpula pepekausista se compraron cupos como el que
obtuvo el hermano del gobernador Fernando Meléndez, a través de pagos diferidos
por contratos para ejecutar obras de un hospital en Loreto donde encajaba bien
la figura de Gilbert Violeta, próximo a PPK y activo organizador de la campaña,
quien sería el lobista para la contratación de la constructora y la de Carlos
Moreno, el exconsejero del presidente de la República, quien podría haber sido
el que implemente el nosocomio.
Esta fuerte crisis, con
pocas y flojas respuestas por parte del
gobierno nacional y del gobierno regional de Loreto, demuestran que este es un
mal momento, las reacciones si no son rápidas no sirven mucho, la complicación
aumenta y el camino se pone duro desde el comienzo. La corrupción y los
entredichos se suman en medio de una primavera y romance con el pueblo que se
vuelve más efímera para PPK, hasta para la vigencia de sus más próximos
colaboradores, como los asesores que se vieron forzados a renunciar por la
presión que ejercen estos descubrimientos.