En Iquitos ha irrumpido una clase de personas que aspira o está metida en asuntos públicos donde
infelizmente se ha hecho del arte de la política una práctica sostenida en el
desprestigio y el irrespeto a la inteligencia de los demás. Mintiendo, sin
orientar debidamente, profiriendo insultos, agravios sobre sus eventuales
adversarios crean cuerpo pensando en sus particularidades y no en las
expectativas del colectivo de nuestra comunidad.
Quizá esto no es nuevo, tiene algunos años en su uso. El poco respeto por
los demás les lleva a crear zozobra y confusión y al ligerísimo de las
acusaciones agraviantes, sin respeto y con disforzada postura de postulante
político limpio, sin mácula, sin pasado ni futuro manchado por la corrupción,
palabrita esta hablada como sentencia rápida.
Próxima las elecciones, este elemento de la conducta de quienes se
precian de políticos, se acentúa mucho más. Son estas prédicas que avasallan
sobre una sociedad que reclama en silencio mayor cultura cívica y ser informada
adecuadamente sobre propuestas.
El Jurado Nacional de Elecciones en el afán de conseguir una fortalecida
cultura cívica que ayude a disminuir las frustraciones del voto desperdiciado y
las fracasadas elecciones de autoridades, ha implementado el llamado “voto
informado”. Esto quiere decir que a través de una campaña de educación cívica
invoca a los candidatos a decir su propuesta y cómo podrían desarrollar en un
eventual gobierno. No basta prometer y prometer sino sabrán cómo hacer realidad
lo prometido.
La lucha por elegirse, la búsqueda de votos debe sostenerse en el uso de
la verdad como mensaje, lo contrario es mentir y eso significa faltar el
respeto a quienes mandan. Después vendrá el lamento, es ahí donde aparecerán
los políticos nuevamente promoviendo revocatorias para seguir instrumentando la
buena fe de los ciudadanos conduciéndolos al caos y la inestabilidad de los
gobiernos elegidos por ellos mismos.