Ya hay quienes
pretenden prejuzgar lo que podría suceder en el Concejo Regional de Loreto ante
la elección mayoritaria de miembros provenientes de movimientos de la oposición
del gobierno electo. Consideran que lo que se viene es un periodo difícil,
complicado por decirlo menos y con más generosidad, en el que los consejeros en
mayoría podrán elegir la ruta a su antojo o por su afán de oponerse solo por
oponerse. Es decir siendo más podrían trabar los proyectos de la gestión del
MIL.
Las cosas pueden
ser difíciles, siempre los gobiernos que han estado de turno han optado por
concertar y la mayoría en el legislativo regional por entregar una tregua al
gobierno entrante. En este caso Fernando Meléndez como presidente de un gobierno
que ingresa podría gozar de una primavera no florida pero si de un tiempo sin
acidez y de una tolerancia comprensible.
El gobierno que le
deja la posta ha conducido los destinos de la Región durante 8 años y había
alcanzado una madurez propia de un recorrido amplio, con errores y aciertos que
se han dado desde una condición humana sujeta a los yerros y durante un tiempo
bastante extendido donde pudo haber despertado un rechazo generado por quienes
se oponían a su gestión y tenían el deseo de desembarcarlo de la administración
del poder en Loreto.
El uso
desmesurado del término “corrupción” empleado durante mucho tiempo para achacar
irregularidades en el gobierno de Iván Vásquez, será en adelante una especie de
espada de Damocles que se batirá muy cerca de Fernando Meléndez y su equipo que
gobernará Loreto. Frente a esa situación se enfrentará a su misma propuesta,
ante su propia medicina, se ubicará frente a su espejo y ante su mensaje que no
será otra cosa el mensaje suyo que le llevó a ganar las pasadas elecciones.
Esto en otros términos, obliga al presidente electo a conducir un gobierno
totalmente opuesto y liberado de corrupción.
En ese panorama el
escenario de la política a partir de enero del 2015 tendrá características
especiales. El Consejo en minoría, el inicio de las “negociaciones” con los
consejeros “adversos” para tener su adhesión es algo que seguramente se tendrá
que dar para que los proyectos del nuevo gobierno puedan ser tramitados. Aunque
no descartemos que quienes acompañarán a Meléndez en la administración del
GOREL traen entre manos sus estrategias con el propósito de abrirse campo y
allanar cualquier obstáculo político que se encuentre en el camino.