Por: Raúl Herrera Soria
La
presencia del gobernador Manuel Gambini en la juramentación del
primer gabinete ministerial del presidente Martín Vizcarra debe ser tomado como
un acto de cortesía y protocolo, aunque no podríamos dejar de considerar que la
autoridad ucayalina pretendió un acercamiento. Por otra parte, la juramentación
de Néstor Popolizio como Ministro no es exactamente una posibilidad de
apalancamiento en las necesarias gestiones que el Gobierno Regional de Ucayali
necesita en el Ejecutivo para resolver financiamientos de proyectos, pero sí es
una importante oportunidad para estar cerca de algunas soluciones.
De
sentirnos bien por lo que significa que un ucayalino esté entre los Ministros
de Estado, es bueno para fijar expectativas. Popolizio tiene sus obligaciones
en el Ejecutivo que tratará de hacerlas bien, eso tenemos que esperar no solo
por los ucayalinos sino porque los peruanos deseamos que este gobierno se
enderece y mejore el rumbo al país.
Fregados,
sí, estamos fregados, no por culpa de Ollanta Humala, estamos mal por lo que
los políticos en su ruindad y su mezquindad han hecho desde las elecciones del
2016, en que polarizaron al país. Importan más sus intereses, que favorecen a
pocos y no al universo nacional que espera siempre que su voto haya sido por
una buena elección. El Ejecutivo siendo agredido por una prepotente mayoría en
el Legislativo, desnuda en cuerpo entero la escasa calidad de los Poderes del
Estado en cuyo escenario perdemos todos.
La
presencia de Manuel Gambini en el patio principal de Palacio de Gobierno,
interpreto que transmite el mensaje de mayor aproximación con su excolega César
Villanueva en el sugiere que “debemos integrarnos” con el propósito del
desarrollo, para que las obras y el progreso deban darse desde los gobiernos
regionales y sea esa la nueva ruta y que el presidente de la República Martín
Vizcarra, a la sazón también expresidente regional, se sintonice en el tema.
Los
gobiernos regionales, y de paso los de nivel local (municipalidades),
administran pobreza, los pueblos del interior sufren y sus gobernantes por
consiguiente se las ven complicadas. No tener recursos económicos para
financiar obras de infraestructura o de servicios, descubre una
descentralización y autonomía en cuidados intensivos. Es decir no hay
autonomía, no hay decisiones propias sino dependencias del centralismo que es
el que fija las rutas para el financiación de obras y proyectos fundamentales
que son demandas, muchas de ellas, centenarias de sus pueblos.
Popolizio
como Ministro de Estado, ucayalino, pucallpino de origen, es una buena pieza dentro
del equipo ministerial de quien esperamos algún “empujoncito” para cualquier
gestión al más alto nivel, y la presencia de Gambini en el patio de Palacio de
Gobierno durante la tarde la juramentación ministerial, cerca de Vizcarra y
Villanueva, ayuden a encontrar las rutas posibles para acceder al dinero fresco
para financiar obras en la Región Ucayali.
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